Victoria en el desierto

Y te preguntas, DIOS, DÓNDE ESTÁS?

Victoria en el desierto

El desierto es un lugar que visitamos, no es nuestro último destino. Si es manejado correctamente, tú vas a experimentar victoria en el desierto.

Como pastor de los jóvenes a finales de los ochentas, había estado en mi desierto, exhausto de pasión, en lo que me pareció un tiempo demasiado largo. Ya empezaba a preguntarme si algún cambio vendría con mi lucha.

Poco antes de que empezara mi problema con mi jefe inmediato (quién trataría de desacreditarme y despedirme) y mientras yo estaba en oración a diario, el Espíritu de Dios me reveló que ese cambio venía. “Tu serás removido de tu posición de pastor de jóvenes”, dijo Él, “y te voy a mandar a iglesias y ciudades desde la costa este a la costa oeste de Estados Unidos; de la frontera canadiense a la frontera mexicana; a Alaska y a Hawai…”

Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento.

Proverbios 3:5 NTV

Yo le dije a Lisa que había oído del Espíritu, y nosotros dos examinamos todo esto en nuestro corazones. No lo compartimos con nadie más (excepto con un pastor en otro estado). Dios había dicho que lo haría, y yo sabía que si en realidad era Él mismo que me estaba hablando, yo no tendría que “ayudarle” a realizar este sueño.

Pero no pasó al día siguiente, ¡ ni tampoco esa semana! En realidad, pasaron varios meses. Entonces un día, mi pastor llegó a una reunión y dijo que el Señor le había mostrado que uno de sus pastores (éramos once en nuestro grupo) iba a estar viajando a tiempo completo muy pronto y que ya no serviría en el ministerio de la iglesia. “John Bevere, ese hombre eres tú”, dijo él.

Más tiempo pasó, seis meses para ser exacto, atravesando por una intensa experiencia desértica. Entonces, en un periodo de sólo tres semanas, recibí siete invitaciones para predicar—una estaba a una hora de la frontera canadiense, otra estaba en la costa este de Florida, otra estaba a una hora del Océano Pacífico, y otra era en ¡la frontera de México! Yo entré en la oficina del pastor para preguntarle qué hacer con ellas. Y él se rió y dijo: ”John, te dije que el Señor me lo había mostrado; parece que tú tiempo ha llegado”.

Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza. En esos días, cuando oren, los escucharé. Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme.

Jeremías 29:11‭-‬13 NTV

Poco tiempo después, en enero de 1990, el pastor impuso sus manos en Lisa y en mí en un servicio de dedicación, ¡y nosotros hemos estado viajando a tiempo completo desde entonces! Es seguro decir que hemos visto mucho (y no puedo enfatizar más la palabra ‘mucho’) más fruto manifiesto al esperar en el tiempo de Dios que si nos hubiéramos lanzado años atrás cuando yo creí que estaba listo.

Pero yo confío en ti, oh Señor; digo: «¡Tú eres mi Dios!». Mi futuro está en tus manos; rescátame de los que me persiguen sin tregua.

Salmos 31:14‭-‬15 NTV

Anhelo ver los mismos resultados para ti en el llamado de tu vida. Confía en Dios durante el proceso. ¡La promoción viene!

Resiste, Persiste y Cree!! Dios sabe lo que hace, aunque no lo veas o sientas, Dios siempre está obrando, sus tiempos son perfectos y tu promoción vendrá cuando estés listo para recibirla!

El Señor llevará a cabo los planes que tiene para mi vida, pues tu fiel amor, oh Señor, permanece para siempre. No me abandones, porque tú me creaste.

Salmos 138:8 NTV

Basado en el devocional DIOS, DONDE ESTÁS? , de john Bevere.