LA MUJER SABIA, DIA 8: REFRENA TU LENGUA

DEVOCIONAL DE ESTUDIO Y ORACIÓN: MUJER SABIA

DIA 8: REFRENA TU LENGUA

La batalla siempre es contigo misma y con tu lengua; decir cosas de las que luego te vas a arrepentir.

Mucho se habla sobre si las mujeres pronunciamos más palabras que los hombres en un mismo día, y las estadísticas van desde el doble hasta tres veces más, pero no acaban de ponerse de acuerdo.

Por esto, necesitamos aprender que la mujer sabia domina sus palabras, es decir, sabe cuándo hablar y cuándo no. Veamos qué dice Proverbios al respecto.

<El que mucho habla,mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua> (10:19, NVI).

No siempre somos sabias en este aspecto. Más veces de las que quisieramos recordar o admitir hemos hablado de más o cuando no se debía. Dios nos habla con con estas palabras en el Salmo 141:3: «Señor, pon guarda a mi boca; vigila la puerta de mis labios».

Todas necesitamos un centinela, un guardia que nos selle los labios y no nos deje abrirlos cuando no se deba! Lamentablemente, esto no es posible en el sentido literal de la frase.

La única que puede hacer la función de centinela en este caso eres tú misma. Es decir,dominar las palabras,refrenarlas antes de que salgan de tu boca.

Si mi esposo hizo algo que me molestó, la reacción acalorada del momento pudiera producir palabras de las que después posiblemente me tenga que arrepentir, ¡por experiencia lo digo! Más vale refrenarse. Si estoy muy enojada con uno de mis hijos, es probable que las palabras que diga en ese instante no sean muy sabias. Es mejor dejarlo para después, cuando esté más calmada. La palabra de Dios dice en Santiago <Si afirmas ser religioso pero no controlas tu lengua, te engañas a ti mismo y tu religión no vale nada» (1:26, NTV).

¡Hasta qué punto valora Dios nuestro hablar! No podemos tomar a la ligera las advertencias de Su Palabra. Dios toma muy en serio lo de refrenar nuestra lengua. No es cosa de juego ir por la vida diciendo todo lo que pensamos sin sopesar las consecuencias y dando rienda suelta a nuestras palabras; pero como vivimos en una sociedad que no sabe refrenarse,en ningún sentido, nos cuesta mucho hacerlo. Creemos que la libertad de expresión lo justifica todo.

Sin embargo,en pocas palabras el Señor nos dice por medio de Santiago que de nada vale todo lo demás que hagamos, a nombre de ser cristianas, si no ponemos freno a este músculo pequeño al

que llamamos lengua.

Es crucial que escojamos sabiduría en esto también. Como? Siguiendo el principio que nos da otro proverbio:«Como manzanas de oro en engastes de plata es "la palabra dicha a su tiempo',

(Prov.25:11,énfasis de la autora).

La clave está en el momento. Pidámosle al Señor que nos enseñe a hablar a tiempo,en el momento idóneo, o a callar.

Si nos enojamos con nuestros hijos, una vez controlado el enojo, es sabio que conversemos. Eso mantendrá abierta la comunicación.Y por supuesto, si dijimos algo inadecuado,este es el momento ideal para pedir perdón, lo que además les mostrará nuestro lado humano y la realidad del perdón de Dios.

Del mismo modo,cuando se trata de nuestros esposos. No resolvemos nada con darles la espalda en la cama y dormirnos furiosas.

Para empezar, eso es contrario a lo que la Palabra nos enseña en Efesios 4:26b-27, y que tan bien conocemos:《...No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados, porque el enojo da lugar al diablo»(NTV). Hagamos una pausa y leamos la última parte de ese versículo:«...el enojo da lugar al diablo».

Cuando comenzamos a decir cosas que no son edificantes y cuando nuestras actitudes se vuelven necias y arrogantes, nada de eso viene de Dios!. Por otro lado, es mejor dejar que los ánimos se calmen y luego conversar.

Pero, no usemos el pretexto de «necesito un tiempo para refrescar» al punto que el orgullo nos impida ver con claridad y demos lugar al alejamiento que, sin dudas, levantará una barrera en la relación que luego será difícil derribar.

Refrenar las palabras es una manera segura de hablar lo necesario, en el momento indicado.

TRABAJO PERSONAL

1. Busca en tu Biblia cada versículo descrito en el tema de hoy, cuál fue el que más llamó tu atención o habló a tu vida, resaltalo y escríbelo en tus notas, devocional o en tu diario personal.

2. Escribe dos situaciones en que no refrenaste tu lengua y que hubiese pasado si la hubieses refrenado?

3. Haz un pacto u oración con Dios donde te comprometas a refrenar tu lengua, escribelo en tu cuaderno devocional.

Basado en MUJER SABIA de Wendy Bello